Te voy a contar un cuento...
"Erase una vez un cazador y amante del perro como tú, que...
Cada temporada de caza que terminaba se sentía cada vez más desengañado, insatisfecho, con ganas de dejar de cazar, pero esa pasión que llevaba dentro hacía que una y otra vez se pusiera a buscar un nuevo acotado de caza donde depositar sus ilusiones y esperanzas.
Ante la llegada de un nuevo cachorro, no encontraba un acotado donde éste pudiera aprender con la práctica, viendo y abatiéndole caza, todo lo que necesita para convertirse en un buen perro de caza y al final, esa promesa, se convertía en un "excelente" perro corcero.
Cada día de caza empezaba y terminaba de cazar con los mismos cartuchos en la escopeta. Casi ya sin letras de tanto rozarlos y no usarlos. Cazar no era como él recordaba.
El día que conseguía cazar o simplemente ver una o dos piezas, le compensaba por el resto de días que se había aburrido y pensaba, pues no recordaba lo que era cazar hace años, que eso era realmente la caza.
Se conformaba con muchos días sin ver una sola pieza, pues eso es lo normal según sus amigos. Eso es la caza dicen ellos, pero no, no lo es, eso es el resignamiento.
Sus hijos dejaban de acompañarle porque eso de cazar era muy aburrido, era andar y andar y no ver absolutamente nada. Los viajes al coto se hacían eternos.
Cada temporada de caza que terminaba se sentía cada vez más desengañado, insatisfecho, con ganas de dejar de cazar, pero esa pasión que llevaba dentro hacía que una y otra vez se pusiera a buscar un nuevo acotado de caza donde depositar sus ilusiones y esperanzas.
Ante la llegada de un nuevo cachorro, no encontraba un acotado donde éste pudiera aprender con la práctica, viendo y abatiéndole caza, todo lo que necesita para convertirse en un buen perro de caza y al final, esa promesa, se convertía en un "excelente" perro corcero.
Cada día de caza empezaba y terminaba de cazar con los mismos cartuchos en la escopeta. Casi ya sin letras de tanto rozarlos y no usarlos. Cazar no era como él recordaba.
El día que conseguía cazar o simplemente ver una o dos piezas, le compensaba por el resto de días que se había aburrido y pensaba, pues no recordaba lo que era cazar hace años, que eso era realmente la caza.
Se conformaba con muchos días sin ver una sola pieza, pues eso es lo normal según sus amigos. Eso es la caza dicen ellos, pero no, no lo es, eso es el resignamiento.
Sus hijos dejaban de acompañarle porque eso de cazar era muy aburrido, era andar y andar y no ver absolutamente nada. Los viajes al coto se hacían eternos.
.. y te voy a decir cómo acaba
¿Y si pudieras encontrar un acotado donde quedarte y ya no tener que buscar más? ¿Y si pudieras encontrar un acotado donde tu nuevo cachorro se convierta en tan solo una temporada en un perro al nivel de los más experimentados? ¿Y si en cada jornada de caza vivieras más de quince lances a perdiz? ¿Y si además fuese más barato de lo que piensas? ¿No sería esto perfecto? Para algunos de nosotros, y te hablo de cazador a cazador, esto ya existe, se llama Grupo Serbal, y lo formamos cazadores como tú, amantes del trabajo de los perros de muestra, con una mentalidad diferente a la del cazador al uso para el que priman la cantidad de piezas cazadas y le da igual si estas fueron encontradas por su perro o voladas de otro cazador, para nuestro pequeño grupo de cazadores el trabajo del perro es lo que nos hace felices y por eso buscamos piezas con las que disfrutar de su trabajo, que se lo pongan difícil, pero que nos permitan verles trabajar y disfrutar.
El cuento de tus malas experiencias cazando en otros cotos acaba, si tú quieres, en este mismo momento, aquí, ahora, hoy... ¿Y sabes cómo acaba? Pues como todos los cuentos:
... y los cazadores fueron felices, cazaron, vieron y comieron perdices"
El cuento de tus malas experiencias cazando en otros cotos acaba, si tú quieres, en este mismo momento, aquí, ahora, hoy... ¿Y sabes cómo acaba? Pues como todos los cuentos:
... y los cazadores fueron felices, cazaron, vieron y comieron perdices"
Has pasado por decenas de cotos que prometían lo mismo y eran todos iguales. Esto que te presentamos, es algo totalmente distinto. Tú elijes ¿Eres valiente y dueño de tu destino o, tienes miedo a que de verdad te guste lo que somos y ofrecemos?